Los cafés de Adado tienen algo especial: las exuberantes y verdes montañas cubiertas de bosques, los pequeños cafetales familiares que salpican el paisaje, con miles de ejemplares, y la densa niebla que se posa en el valle durante la mayor parte del día, la cual se ha convertido en sinónimo de la región (y le da a la región su apodo de «Montaña Brumosa»). Pero no es solo la excepcional belleza natural lo que hace que los cafés de Adado sean tan maravillosos; también requiere mucha habilidad y trabajo duro. El equipo de la Estación de Lavado de Adado de Tracon lleva años perfeccionando su arte, recibiendo solo las cerezas de café más maduras. Este café se procesó de forma tradicional y se secó en camas elevadas.
Sobre el cultivo:
Esta estación de lavado cuenta con una gran cantidad de camas de secado africanas. Afortunadamente, la cantidad de cerezas en Adado es cada vez mayor, lo que facilita llenar todas estas camas. Dado que los agricultores traen las cerezas directamente, es más fácil controlar la calidad, ya que podemos capacitarlos sobre la madurez necesaria según los procesos que estemos realizando. Las cerezas se colocan en camas de secado africanas y se secan cuidadosamente, se rastrillan y se cubren según la hora del día.